Valentín Sebastián Pardos                                                                                                        6 de junio de 2001

 

             Querido Antonio:

 

            ¡Lo que es la vida! Yo, abuelo. Tu, que ya puedes pedir el abono barato de transportes urbanos. A mi me faltaba un año para ser abuelo cuando lo pedí. No desesperes.

            Si no nos miramos al espejo, nos encontramos tan jóvenes por dentro. Y si nos miramos, tampoco es para asustarse. ¿Seguro que no hay un error? Creo que se nos han saltado unos años en el calendario. Nos ha pasado como con el euro, que a primeros de año dicen que todo será igual, pero tendremos muchas menos unidades útiles.

            En cualquier caso, la edad es un estado de ánimo. Por tanto, somos jóvenes, muy jóvenes.

            Pero hemos vivido lo nuestro, que nadie nos puede quitar. ¡Lo que hemos sufrido juntos! Todo quedó atrás. Ahora la vida tiene más sol, se respira mejor, se duerme con menos inquietudes, y las que tenemos merecen la pena.

            Cualquier día nos damos un paseo o nos juntamos a cenar (por mi parte es más difícil, pues junto con mi mujer, que también se une al homenaje, formamos una rara pareja de ermitaños jacarandosos), a hablar de los futuros tiempos.

            Muchos años para poder celebrar lo que se presente. Aunque por la vía esta de la web, me tendrás próximo.

            Un fuerte abrazo para ti, para Encarna, para tus hijos. La noche es joven.

 

Valentín.